miércoles, 27 de junio de 2012

Mujeres organizadas para recuperar la palabra y los derechos





21/09/2010

Reflexiones con Silvina Perugino, Amanda Alma, Paula Lorenzo y Marina Bailo.
Fuente: Agencia Nacional de Comunicación


Por Diana Sacayan)


Luego de no pocas actividades y encuentros que tienen como objetivo valorizar las expresiones artísticas y culturales de las mujeres en diversos formatos. Artistas, escritoras, pintoras, poetizas, musiqueras, en definitiva, mujeres. Las escritoras Silvina Perugino (“Tortita de Manteca”), Amanda Alma y Paula Lorenzo (“Mujeres que se encuentran”), Marina Bailo (“Buen Momento”), reflexionaron acerca de estas iniciativas que tiene como eje la presentación en conjunto de los libros. Capital Federal, La Plata, Lanús y Lomas de Zamora ya fueron testigos.

Cabe destacar que forman parte de estos encuentros las artistas plásticas Alejandra Andreone, Mara Buratti, Marina Etchegoyen, Gabriela Figueras, Delia Ana Iglesias, Ana Patricia Liñán, Guadalupe Romero, Lucía Mariel Romero, María Carla Romero, Rocío Malén Romero, Azucena Dora Tymruck, Florencia Soledad Urban, Florencia Vespignani y Victoria García; La ceramista Griselda Ortiz, y las musiqueras Ana Clara Cianfraga, Delia Ana Iglesias y Julia Salem.

- Bueno cuéntenme ustedes un poco de que se tratan estas producciones.
- Amanda Alma: Este material es la recopilación histórica del encuentro de mujeres, empezó como una tesis para la universidad y después consideramos que era necesario dar cuenta de este recorrido y atreves de la Editorial Feminaria, empezamos a pensar cómo producir un material que cuente de donde viene esto de reunirnos las mujeres argentinas una vez al año a pensar y planificar estrategias para reivindicar nuestros derechos.
La iniciativa de juntarnos para presentar nuestros tres libros tuvo que ver porque los tres trabajan la cuestión de la mujer, sus problemas, fantasías y deseos. Pensamos hacerlo en forma colectiva para que tenga más impacto, y nos fue bastante bien. Esto de que nosotras tomamos la palabra. ¿Qué crees vos que tiene de interesante este material que no sea una simple sistematización de esos encuentros de mujeres?
- Paula Lorenzo: Acá hay 20 años de historia, tratar de recuperar esos 20 años. Nos encontramos con que de los primeros 15 años no hay sistematización, no hay texto, no había nada que cuente de esto. Empezamos a recuperar la mirada de quienes participaron, los recuerdos, la posición de las compañeras. Para nosotras es una mirada que seguramente no será la única, nosotras también participamos, porque nos parece que es un espacio de lucha, de construcción de identidades y nos parece que es necesario conocer la propia historia, que es necesario saber de dónde vienen todas las reivindicaciones y muchos de los discursos que nosotras adoptamos, lo que nosotras pensamos cuando empezamos con el trabajo como tesis era recuperar un caudal de información muy grande que nos ayudaba a entender muchas de las cosas que pasaban.
También la intención es que todas las que pasamos por ese encuentro nos podamos sentir parte de esta producción, por eso las entrevistas, las encuestas, recuperamos textos de alguna publicación feminista, también recurrimos a alguna página de internet y me parece que lo que nosotras sentimos es modestamente, como poner en relación esos textos de las conclusiones y por otros lados relacionarlos con la entrevista.
Pero esto no es nada más que una mirada posible, ojala se promuevan y desarrollen muchas otras.
Amada Alma: Es una mirada posible, pero también es necesario resaltar que se habla mucho de movimiento sociales, pero el movimiento de de mujeres está muy invisivilizado, entonces, recuperar estas prácticas, esta manera de hacer política que tenemos las mujeres que una vez por año (hace mas de 20 años de manera interrumpida) no sucede en ningún país de Latinoamericano. Es importante conocer nuestra historia, conocer nuestras herramientas de lucha, hacemos política las mujeres y bueno lo que hicimos acá es un recuento; es nuestra mirada, puede haber muchas miradas de los encuentros de mujeres, pero lo que quisimos hacer es focalizar en cuatro, que nos parecieron hitos o que produjeron cambios, hacemos un recorrido por los 20 encuentros, pero quisimos focalizar en cuatro de ellos en especial, en el primero, por ser el primero de donde vine, el antecedente en los encuentros latinoamericanos feministas o sea de por qué la necesidad de las mujeres de encontrarse acá, después en el de San Juan; porque fue la Iglesia Católica Institucional que dice que las mujeres se están encontrando y que quieren hacer un encuentro paralelo y allí donde empiezan a interferir en los encuentro, el de 2001, por ser justo antes que se da la crisis en nuestro país y el de 2003, es cuando el debate sobre el aborto se masifico y ahí es cuando se da el nacimiento de una campaña nacional por el derecho al aborto, esos es lo que hicimos y en las conclusiones, reflexionamos acerca de cómo los encuentros Nacionales de mujeres crearon practicas feministas, o sea hay un montón de decisiones que se convirtieron en prácticas feministas que comenzaron a promover la autonomía, que promovieron eso de recuperar la palabra, de que todas nos escuchemos .
- ¿Que cambio más significativo o radicalizado notaste en esta recopilación?
- Marina Bailo: El más importante es poner en juego esto de la autonomía, de la autogestión, de la toma de palabra, de poner el cuerpo y todas estas cuestiones de la cual se desligaba a la mujer; que se pone en juego en los talleres, en las marchas, para nosotras esto también une.
Nosotras empezamos a ver como se desarrollaba el movimiento feminista, si bien no todas se reconocen feministas, ni asumen esas prácticas, nosotras entendemos eso porque lo vamos rastreando desde eso 20 años, las discusiones que se van desarrollando, pero principalmente esa marca de la autonomía de la recuperación de la vos y de la puesta en juego del cuerpo en las luchas y nos parece que es una experiencia que es fundamental rescatar. Bueno cuando en las presentaciones me tocaba hablar sobre el libro, como que terminaba reflexionando sobre los encuentro de mujeres y como que el libro quedaba relegado.
- A mi me parece, como que había una gran deuda y un gran vacío respectos de estos encuentros, y que lo vienen a ocupar dos mujeres periodistas, dos militantes que viene de las ciencias de la comunicación.
Amada Alma- Cuando pensábamos qué nos unía mas allá de ser mujeres y que los libros están atravesados por la cuestión del genero, específicamente que tiene que ver con las miradas en común que tenemos sobre el mundo, porque creemos fundamental la recuperación de la vos, la toma de la palabra, es algo que en todas las experiencias se hace difícil y que muchas veces.
Además de invisibilisada, aparece denigrada, denostada, por eso al leer las poesías de Mariana y los cuento de Silvina, lo que esta buenísimo, es toda esa discusión que nosotras damos como mujeres en los espacio en los que estamos a veces de una manera muy hermosa y maravillosa, permite trasmitir cantidades de sentimientos de ideas de pensamientos u que atreves de poesías y cuento aflora esa mirada, cuando les nuestro libros te das cuenta que todos van a ese lugar, con la necesidad de tomar la palabra de nombrarnos, decirnos, entonces me parece que esta buena la idea de presentarlos en forma colectiva.
Silvina Perugino: es loco pensar que hace 25 años se dan los encuentros de mujeres y que no había nada que recopile esos momentos en forma de libro y que tiene que ver con hacerse hacedora de nuestras propias luchas, es importantísimo que exista este registro, esta bueno vernos a nosotras mismas, imagínate esas mujeres que participan hace años y se encuentren ahora con el libro y poder ver reflejadas las posiciones que hemos tomado en la participación nuestra de los encuentros, saber que fueron de esos 20 años ¿dónde estaba yo? Es una herramienta para conocer nuestro paso por la historia.
Recuperar aquello que no se ve, que queda al interior de las participantes, organizaciones, etc. Esto de cuando vas a una librería, es valorable e importante encontrar materiales producidos por compañeras que tiene experiencia y que podamos publicarlo, discutirlo y ponerlo en juego. Estos trabajos no tienen la misma mirada de un varón a una mujer convencional.
Creo que esta bueno, juntar textos completamente distintos en su forma de escribirse; una poesía, un cuento, una investigación; tienen soportes distintos, pero no nos dice que nos se encuentren en su esencia.
- Contame Marina, un poco en que se diferencia de cualquier otro libro de poesía “Buen Momento”
- Marina Bailo: La idea colectiva de la presentación me da la sensación de sostén; pero también, poner esa vos, la mía, que es producto de mi experiencia y el recorrido en el movimiento de mujeres, si bien hay un camino que yo opto por recorrer, este yo me animo a poner nombres propios que son muy significativos en mi vida y en un contexto que decidí recorre, superar obstáculo y saber que lo que una vive desde el cuerpo, entender que lo personal es político.
También creo que son como pequeñas revoluciones que una la vive desde la piel, yo creo que la revolución que yo creí y perseguí no es la misma que la que entendía hace años atrás, es lo que más rescato en medio de cierta devastación, eso es lo que tiene de singular mi libro, en realidad los tres libros tienen algo de singular, aun las voces de Amanda y de Paula se escuchan, con la elección de algunas palabras, yo encontré un capitulo donde habla de nuestra vos, de la importancia de rescatarla, de lo que nos animamos a decirnos y no a publicar.
A mí me parece que la poesía es un espacio de libertad que no tienen otros textos y bueno ay se da esa relación entre la libertad colectiva y la libertad personal.
- ¿Cómo se dio que lo de la presentación colectiva? ¿Cuáles son los puntos en común?
- Silvina Perugino: yo te contesto, pero primero quiero decir sobre el libro de Marina, la importancia de poner en letra de poesía, muchas cuestiones que son tabú o que son negadas, como por ejemplo el tema del cuerpo como herramienta de placer, me parece que esta remarcado y esto no es fácil escribirlo en la soledad de tu cuarto y luego publicarlo y darlo a conocer, para nosotras es todo un desafío, no, acostumbradas a pelear el espacio.
Con el tema de la presentación en conjunto; me parece que por un lado, esto que decían las chicas sobre la importancia de recuperar la vos de la mujer, esto no es solo un material escrito por mujeres por que una mujer también puede escribir desde los paramentaros del patriarcado, atravesada por el machismo y ser mujer y escribir desde este lugar.
Esto materiales parten a partir de que, además de ser mujeres escribimos desde una mirada o perspectiva feminismo, escribimos desde el lugar que parte de la idea de romper algunos establishment y entonces a partir de eso también surge la idea de presentarlos en conjunto para romper algunas cuestiones que están predeterminadas, no se acostumbra que allá una presentación de libros de distintos autores.
- ¿Por qué?
- Silvina Perugino: porque cada uno cuida su quintita, es la lógica del individualismo, eso de cuidar su lugar su protagonismo, tiene que ver con empezar a romper algunas lógicas que están pre establecidas y que nos cuestan remontarlas, me parece que tiene que ver con eso la idea de hacer la presentación colectiva.
Además en la presentación también incluimos presentaciones lúdicas, la exposición de obras plásticas, a modo de excusa para un momento de encontrarnos; intentamos en realidad romper con la lógica rustica de presentar libros.
Tiene que ver con la manera de expresarnos y que nos invita a empoderarnos de manera colectiva, no sé si en realidad esto fue tan pensado, pero así se fue dando desde la primera presentación en Lanús, sobre todo esas ganas que teníamos de encontrarnos jugo muy fuerte en el modo de presentar los libros con la casualidad que es nuestra primera experiencia como escritoras y bueno aquí estamos abiertas a la crítica.
- ¿Donde podemos conseguir los libros?
- Silvina Perugino: se pueden conseguir es circuitos más alternativos, en la librería de las Madres, en la librería de la mujer, entre otras.

Sobre el abordaje de las identidades trans en los medios



¿No será hora de que los medios se pregunten hasta qué punto contribuyen a la violencia y a la muerte con su lenguaje sin respeto a las personas trans?
 Por Diana Sacayán
El miércoles 19 de octubre nos desayunamos con la tristeza de haber perdido una compañera: La Moma. Como a tantas otras chicas, no la pudimos ver envejecer. A veces me pregunto cuándo será el día en que algunas de nuestras chicas trans muera de vieja sin que nadie la haya expuesto a la violencia consentida por los discursos de una sociedad ignorante y miedosa, que no acepta que la identidad es una construcción social, que nada tiene que ver con lo natural, que acepte la diversidad como una riqueza, que rompa con la concepción de un sujeto “normal”.
Estigmatizadas las travestis por elección de vida, están pagando lo que la sociedad no quiere ver con sus propias vidas. Conviviendo con frases que las reducen a “tipos disfrazados”, se sienten en autoridad de decretar que son “enfermos”. La Moma, Carolina González Abbat, fue asesinada: asfixiada, apuñalada, golpeada y el solo hecho de que ella haya sido una chica de la zona roja de nuestra ciudad la pone en lugar de acusada y la corre del lugar de víctima.

La causa perdida

Así sucede que cuando se investiga la causa (de la cual ya se sabe que hay testimonios falsos divulgados por los periodistas y la policía) se les pregunte a las compañeras si ella vendía droga. Andrea, gran amiga de La Moma, bien explicó que la droga no es algo inherente a la sociedad trans, “la sociedad entera vive drogada porque no quiere ver. Los mismos tipos que te dan una paliza son los que te vienen a buscar a la noche, solitos y cuando nadie los ve. Son nuestros clientes y después te cagan a palos”. Hoy nos enteramos de que otra chica había muerto en el hospital después de haber estado varios días internada por ser quemada por su pareja.
Otro hecho aberrante fue el asesinato de Ceci, una compañera travesti que fue asesinada en un hotel de la ciudad de La Banda, en Santiago del Estero, de cuatro balazos. Uno en la cabeza, otro en el brazo derecho, un tercero en el omóplato y finalmente en una de sus piernas. Luego de permanecer un día internada, falleció en un hospital de la provincia. El asesino es un presunto cliente ex futbolista que en su declaración alega que Ceci quiso robarle.
En este caso en particular, los familiares no solo se negaron a dar información, sino que además prohibieron la entrada en el velorio y en el día de su entierro echaron a pedradas y palazos.

El medio es el arma

En este hecho, como en los demás crímenes de odio, se oculta la violencia de género contra trans y travestis y el abordaje que los medios de comunicación hacen es de una falta de respeto y ética que deja en evidencia la falta de contextualización de las circunstancias socioculturales y políticas en las que se producen estos crímenes.
En muchos casos, y especialmente en nuestro país, la monopolización de los medios de comunicación ha instalado un discurso único, salvaje y demonizador sobre las identidades de género no tradicionales (léase travestis, transexuales y transgénero) introduciéndose así en la vida cotidiana de l*s ciudadanos que gran parte del día consumen la TV y la Internet, elaborando en el imaginario colectivo una mirada negativa de las personas trans.
En muchos casos las noticias relacionadas con personas trans se presentan confusas, distorsionadas o en un tono que siembra dudas siempre sobre la victima. Una de las cuestiones está relacionada con cómo se nombra a esas víctimas. Por nombrar un ejemplo, cuando se refieren a una personas trans masculina, se acentúa que se trata de una persona biológicamente mujer y en viceversa de una personas trans femenina. La noticia presentada de esta forma crea un único discurso donde se reproducen estereotipos que establecen roles de género.
El lenguaje en los medios juega un rol fundamental en la construcción de modelos patriarcales, sexistas y heteronormativos. Los crímenes de odio cometido contra personas trans son abordados en su gran mayoría como crímenes pasionales y así la noticia des-informa, de manera que convierte en errónea la representación de la realidad.
La transfobia, homofobia y todas las fobias se ven expresadas en este modo de comunicar, que deja en claro la falta de formación de los comunicadores sociales; pero también que el trabajo que se viene realizando es poco y muy largo camino que en esta materia queda por abordar desde las organizaciones sociales que trabajan en defensa de los derechos de las personas trans.
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sol viene asomando


Diana Sacayán (foto: Sebastián Freire)

Por Diana Sacayán

La ley de identidad de género está a pasitos de volver a discutirse en el Senado y obtener la sanción definitiva. Si eso sucede, vamos a estar a la vanguardia del mundo en cuanto a los derechos de nuestro colectivo: no sólo son nuestros nombres, es el derecho a la salud, al trabajo y a la educación los que estarían garantizados. Pero no es necesario esperar la ley para ir generando espacios nuestros; aquí van algunos logros disponibles para todxs.

Terminar el secundario

Hace tres años, la Secretaría de Empleo del Ministerio de Trabajo de la Nación puso en marcha un programa de inclusión educativa para travestis y transexuales en la provincia de Buenos Aires. Se hizo una primera experiencia en La Matanza y después se extendió a Morón. En Mar del Plata hubo un intento fuerte, pero frustrado. Sin embargo, para nosotras fue exitoso porque logramos capacitar a aproximadamente 500 personas entre inspectores, docentes y directores de escuelas de educación para adultos. La calidad de los talleres fue excelente y 12 compañeras terminaron sus estudios. Sabíamos que era difícil, la oferta horaria coincidía con el momento en que las compañeras están trabajando en la calle, pero aprendimos mucho, y esa experiencia se ve cristalizada hoy en el Bachillerato Popular Travesti Mocha Celis, que promueve la organización en torno de cooperativas de trabajo y a su vez, terminado el ciclo de enseñanza de 3 años, otorga el título de “Perito Auxiliar en Desarrollo de las Comunidades”.

http://www.facebook.com/mochacelis

Talleres de Formación Profesional

Es un convenio de la Secretaría de Empleo de la Nación para brindar cursos de formación profesional en tres especialidades que elegiremos de acuerdo con la demanda. Será una capacitación de cinco meses y la secretaría acompañará la acción con un monto económico para que las compañeras puedan asistir sin perder su entrada de dinero. Se va a hacer en tres puntos estratégicos: Tartagal, La Matanza y en CABA (en el Bachillerato Mocha Celis) en los próximos meses.

Más información: chicasdelmal@gmail.com

Oficinas igualitarias

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, acaba de firmar una resolución que dispone que se respete la identidad de género de travestis y transexuales en las oficinas del ministerio. Además estableció un campo en las planillas de inscripción de todos sus servicios para que también se refleje allí el mismo espíritu de respeto a la identidad. Se darán capacitaciones a todos los empleados de las oficinas de todo el país. Va a ser un trabajo exhaustivo y minucioso y está pensado para que cuando vayan las compañeras a consultar sean tratadas sin hostilidad ni diferencias. Para articular esta medida, el Inadi acompaña con la difusión de material sobre los programas con los que cuenta la Secretaría de Empleo, actuando como puente el programa de Diversidad Sexual.

Más información: 0800-999-2345.

CAMPAMENTO TRAVESTI

Que se entienda: nosotras no estamos en contra de la Marcha del Orgullo oficial. Y nuestra idea de hacer un acampe en Plaza de Mayo en lugar de marchar con el resto tiene que ver con la existencia de un discurso hegemónico que invisiviliza al colectivo travesti, y que a nuestro entender se filtra en la convocatoria de la Marcha. Pero no por eso queremos confrontar sino darle un sentido más amplio al lema que nos moviliza: ¡Todxs somos travestis! Las organizaciones que convocan al acampe son: Alitt (Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual), Mal (Movimiento Antidriscriminación de Liberación) y Futuro Transgenérico, entre otras. Y nuestra idea es comenzarlo el viernes 6 a las 21 horas y seguirlo hasta el final de la Marcha, o hasta el otro día, según lo que decida la mayoría. Habrá números artísticos, performances, muestra de videos sobre la problemática de la comunidad travesti y debates sobre el tema. Así, buscamos neutralizar la carga de frivolidad y mercantilización que tiene la Marcha y hacer oír nuestras voces para poner de manifiesto la dura realidad cotidiana que nos toca. Una realidad en donde las travestis tenemos una expectativa de vida que no excede, en la mayoría de los casos, los 32 años; en la que el 60 por ciento no terminó la escuela primaria y sólo el 8 por ciento pudo finalizar el colegio secundario; y en la que el 90 por ciento vive en situación de prostitución, lo que está imbricado, obviamente, con las serias dificultades que tenemos para acceder al mercado de trabajo. Lo que pretendemos, entonces, es radicalizar ese espacio de protesta que también es la Marcha, y exigirle al gobierno nacional y a las provincias una política que ponga fin a la segregación y a la discriminación que sufre el colectivo Glbtti y en especial las travestis. A nuestro entender, las políticas de integración que pueden verse en la lucha por conseguir una ley de matrimonio para parejas del mismo sexo representan un progreso para una minoría de gays y lesbianas, y nos moldean en una asimilación silenciosa con el sistema heterosexista en el que vivimos. Nosotras y nosotros bregamos por una libertad de elección y rechazamos que instituciones del Estado, la Iglesia o la Justicia impongan, reglen y delimiten nuestra sexualidad, nuestras vidas y nuestros géneros. Nuestra agenda no es la de la unión civil o la del matrimonio, porque ¿para qué nos vamos a casar si nos morimos a los 32 años? De lo que se trata es de marcar una diferencia con ese discurso pero, sobre todo, de luchar contra la indiferencia de la sociedad y del Estado argentinos. Por eso los invitamos a todas y todos a compartir este acampe con nosotras.

Cruzadas

Por Diana Sacayán

¿Qué o quiénes son Cruzadas?

—Cruzadas es una organización independiente de lesbianas y bisexuales de Tucumán, formada en julio de 2009. Somos un colectivo de mujeres que nos planteamos la lucha en pos de la diversidad sexual y el respeto hacia la sexualidad de todas las personas.

¿Cómo es la situación actual del contexto social en Tucumán?

—Tucumán es una provincia donde la heterosexualidad es la norma, donde el machismo es vivido como “natural” y reivindicado constantemente por la sociedad, donde prevalece la desinformación y el prejuicio constante hacia las sexualidades disidentes. En este contexto surge Cruzadas, como un espacio de contención, difusión de información y debate sobre problemáticas que nos afectan como grupo en particular y como mujeres en general, para concientizarnos y concientizar acerca de quiénes fuimos, quiénes somos y, sobre todos, quiénes queremos ser. Estamos convencidas de que la invisibilidad no es nuestro destino, ocultarnos no es una opción, el closet no es nuestro lugar.

¿Con qué tipo de acciones materializan este convencimiento?

—Decidimos poner en circulación vía mail un documento en repudio a los actos homofóbicos y xenofóbicos que se viven en la provincia para hacer pública la violencia del contenido y la impunidad de la que gozan. Este ataque a nuestros derechos esenciales no llamó la atención de ninguna entidad gubernamental o de derechos humanos en Tucumán. Como mujeres lesbianas y bisexuales, repudiamos cualquier tipo de manifestación homofóbica y lesbofóbica de estos grupos, y hacemos el llamado a la sociedad para detener este tipo de agresiones que hieren, vulneran derechos e imposibilitan que miles de tucumanxs se sientan a gusto siendo quienes son.

¿Quiénes creen que están detrás de estas pintadas?

—Si bien estos afiches comenzaron a circular a principios de 2008, con un discurso católico antiaborto, las pintadas y pegatinas surgen cada vez que tópicos como el matrimonio entre parejas del mismo sexo o la despenalización del aborto aparecen en las agendas de los medios hegemónicos nacionales, aunque la última serie de afiches que aparecieron fueron en reacción a una pareja de hombres tucumanos que pidió autorización para casarse. Es importante destacar que no fueron sólo afiches los que circularon sino que grupos católicos inmediatamente explicitaron que tomarían las medidas jurídicas necesarias para impedirlo, argumentando que salvaguardarían la “ley natural” y “los principios éticos y morales ciudadanos”, y que las “minorías sexuales” no serían avaladas por la ley. Todo esto expresado por el monseñor Luis Randizzi, que encabeza el movimiento familiar cristiano, y que hizo pública la apelación contra el pedido de matrimonio entre la pareja de hombres tucumanos.

¿Pudieron articular acciones con otras organizaciones Glttbi?

—Las políticas oficialistas, emparentadas con la Iglesia Católica en la provincia, impidieron que se aprueben la leyes de Salud Sexual y Procreación Responsable (siendo Tucumán una de las dos provincias que aún no adhiere a la ley nacional promulgada en 2004), la ley de Educación Sexual Integral ni siquiera llegó a debatirse en la Legislatura local, al igual que las leyes de Unión Civil y de Matrimonio Homosexual. A raíz de estos ataques xenofóbicos, ultranacionalistas y homofóbicos, se generó una movida a través de redes sociales, como Facebook, donde personas y agrupaciones independientes expresan su repudio y rechazo contra estas agresiones discursivas. Muchas ideas sobre “qué hacer” van y vuelven, un festival por la diversidad, por la libertad, por la no violencia, una pintada en la calle, repartir volantes, marchar por las calles estrechas de una ciudad conservadora. Pero, sobre todo, visibilizar nuestro discurso, hacer escuchar nuestras voces, que no se quedan calladas ante el atropello de nuestros derechos, mostrar nuestros cuerpos en la calle, intervenir la ciudad, porque es nuestra, es de todxs.

Una Ley de Identidad de Género no me va a cambiar la vida.



 Por Diana Sacayán

Pero sí va a ser una bisagra para reclamar otros derechos de los cuales nosotrxs no gozamos.
El texto de la ley que se trató el miércoles es uno de los más avanzados en el mundo. En el proceso de su redacción, la militancia trans avanzó y produjo objetivos y demandas que estaban en nuestra agenda. Creo que somos uno de los movimientos más políticos, por lo menos de Latinoamérica, pero también me parece que este texto de ley sigue respondiendo a los parámetros de la binariedad hombre-mujer, con todo el costo que esto nos significa a nosotrxs: la violencia, las agresiones, nuestra identidad travesti latinoamericana y pobre vulnerada.
No creo que exista un movimiento trans.
Pero sí existen militantes, activistas, personas que pelean por esto. Somos un grupo de personas que sin denominarnos bajo una sigla hemos realizado un trabajo colectivo que deja como resultado esta ley. Desde el activismo hegemónico nos querían imponer un proyecto de ley que por supuesto no representaba nuestros deseos, somos pocxs los militantes trans que hicimos presión, pero lo logramos y eso nos cambió.
Nosotras desde el Frente Nacional para la Ley de Identidad de Género hemos discutido mucho para que en el proyecto se incluya la eliminación de la palabra sexo del documento, pero por algunas cuestiones y por mayoría ganó la otra posición, pero por supuesto que acompañamos.
Somos pocxs activistas: Lohana, Marlene, Mauro Cabral, Fernando Rodríguez, y nuestras aliadxs Paula Viturro, Claudia Korol, Diana Maffía, por nombrar algunxs. Gente que nos ha ayudado a pensarnos y repensarnos como personas trans. Este Frente sintetiza la necesidad de poder reunirnos y como tal representa este proyecto de ley.
Pero la vida sigue. Me preocupa que mis compañeras travestis tengan tantas dificultades en su salud por la aplicación de silicona industrial: este proyecto de ley asistiría a través del servicio de salud para que estas muertes dejen de suceder (una de las primeras causales de muerte en la población travesti y trans). Pero después va a haber mucho trabajo para hacer, con los médicos, con los residentes, de manera que la ley es un paso nada más, después va a venir un arduo trabajo para demandarle al Estado el acceso a los derechos básicos.
Esta es una ley de derechos humanos. En este sentido nos hemos podido pensar, porque en el imaginario travesti no existe atravesar el paso por una institución de salud.
Violar nuestros derechos es también violar los derechos humanos.
También tenemos que avanzar en el reclamo para otros derechos, como el empleo. Nosotras hemos creado la cooperativa de trabajo Silvia Rivera y el Estado nos otorgó un número de cooperativa, ya tenemos una personalidad jurídica, estamos en pleno tratamiento para tomar los cursos de capacitaciones, pero no lo podemos hacer porque no tenemos un espacio físico. Esto tampoco va a cambiar, de manera que, como dije, mi vida no va a cambiar con la ley.
Nuestro deseo ideológico y profundo no se va a concretar con esta ley: nuestro deseo es ser libres.

lunes, 25 de junio de 2012

Nota en el marco de encuentro de Unesco, sobre diversidad sexual en las escuela



Diez años después de los compromisos asumidos globalmente bajo el lema Educación para Todxs, por primera vez en América latina, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) se reunió con activistas de la región para analizar los “Retos para la educación en sexualidad: inclusión y valoración de la diversidad”. Un tímido primer paso para ver de qué manera convertir a las escuelas en lugares seguros e inclusivos para todxs, nombrando y respetando la diversidad sexual y de género. Una representante de Unesco y dos activistas hablan de este primer encuentro que se realizó en Chile, a principios de este mes.

 Por Diana Sacayán
desde Santiago, Chile

La autocrítica necesaria

Mary Guinn Delaney F., miembro de la Unesco, especialista regional de VIH/sida

¿Es la primera vez que la Unesco encara la discusión de educación y diversidad sexual?

—Sí en esta región; en otras, dadas las características de la epidemia del VIH/sida, se ha trabajado más el tema del punto de vista organizacional. Existe el mandato de trabajar en educación formal en prevención de VIH. Siguiendo la dinámica de la epidemia, surgen tres temas ineludibles: hombres que tienen sexo con hombres, comercio sexual y gente que se inyecta drogas, entonces se ha hecho un esfuerzo para orientar la prevención a esos tres grupos. En América latina, desde hace muchos años, se ha destacado el tema de hombres que tienen sexo con hombres, específicamente como un enfoque de la epidemia en la región, pero para la Unesco es la primera vez que se ha abierto a conversar con activistas de el movimiento Glttbi. Y lo que observo es la resistencia a adentrarse en el tema que vinimos a abordar, salvo por la voz de lxs activistas. Nosotras más que nada venimos como oyentes a aprender de este primer encuentro.

¿Te cuesta mucho separar el tema VIH de la diversidad sexual?

—Bueno, es allí donde están los recursos realmente, entonces, aunque vemos que es un tema que va más allá del VIH, también tenemos la responsabilidad de vincular lo que hacemos con los objetivos para lo cual nos fueron otorgados ciertos fondos. Pero no deja de alegrarme esta vinculación porque también significa que al hablar de VIH no hablamos sólo de salud o salud pública sino también de derechos humanos. Sin los derechos humanos más básicos no se podría armar una respuesta efectiva al problema del VIH, entonces así es que se da la oportunidad de adentrarnos en temas más profundos como la educación en la diversidad.

¿Cuál podría ser la influencia de la Unesco sobre los Estados miembros en este tema?

—Nuestra junta directiva son los mismos gobiernos, es el mismo sistema de Naciones Unidas, entonces es difícil salir con un tema que no sea identificado antes por los países miembros. Se puede abogar para que se tome el tema más en serio, pero estamos entre la necesidad de la responsabilidad de cumplir con lo que nos piden y avanzar con temas que para algunos países son más complicados que para otros.

¿Se podría, de todos modos, hacer una autocrítica desde la Unesco por la falta de abordaje en relación con la diversidad sexual?

—Por supuesto. Pero estamos hablando de una región donde hay una diversidad muy grande, entre el Caribe y Latinoamérica; entre el Cono Sur y los países andinos; entonces, en este nivel de generalización, puede ser muy difícil encontrar puntos comunes. Pero tenemos una historia muy larga de convenciones y acuerdos internacionales donde se han comprometido los países, Estados miembros, a ciertas acciones, trabajando con socios de todos los sectores, y por supuesto incluyendo la sociedad civil. Se puede lograr fuertes alianzas para insistir en que se cumpla con sus compromisos que son bien específicos como Educación para Todxs. Entre ellos, el de fortalecer la educación en sexualidad e incorporar una mirada en diversidad, de cumplir y mejorar los marcos legales de los países. Si no entramos en el tema de diversidad sexual en la educación formal, no podemos decir que estamos respondiendo de forma efectiva al VIH. Estamos haciendo un flaco favor a esos jóvenes que necesitan educación en sexualidad integral, de ahí parte el compromiso nuestro de, por lo menos, acercarnos. El mero hecho de encontrarnos con activistas ya es un paso importante, ya que esto no ha pasado antes.

El placer como derecho

Gloria Careaga, secretaria general de la ILGA (International Lesbian, Gay, Bisexual,Trans and Intersexual Asociation)

¿Cuál es la importancia de esta reunión entre Unesco y el activismo?

—La Unesco está orientada, precisamente, a la definición de las currículas y metodologías educativas en el mundo, por eso para nosotrxs estar en este espacio es importante sobre todo porque podemos aportar en esta decisión de empezar a incorporar la educación sexual con un abordaje en la diversidad, que hasta ahora no estaba contemplado. Nos da la gran oportunidad de definir —en tanto asesoría— cuáles serían las temáticas, los aspectos que tendría que contemplar la diversidad sexual que la Unesco está promoviendo.

¿De qué manera se podrá lograr el desmantelamiento de las estructuras discriminatorias en el sistema educativo?

—Me parece muy importante que en la educación básica, en la educación primaria, exista una política clara de respeto e inclusión. No solamente de respetar la diferencia sino de potencializar las capacidades que la gente tiene para asumir su propia sexualidad. En este sentido sería fundamental que nosotrxs empezáramos a desmantelar el sistema binario de sexo género. Otro aspecto que me parece muy importante tiene que ver con la educación sexual desde una perspectiva de los derechos humanos y no quedarse solamente en el buen funcionamiento de la sexualidad. Lo que a nosotrxs nos interesa es que realmente todas las personas puedan tener acceso a un placer sin culpas, sin discriminación, sin coerción y sin violencias. Que la sexualidad, como un área muy importante de la vida de las personas, contribuya a su desarrollo pleno. El hecho de que se reconozca y se nombre esta diversidad, protege nuestros derechos, favorece nuestro desarrollo, pero sobre todo favorece la construcción de sociedades más complejas o sociedades que comprendan mejor su complejidad y que eso contribuya a relaciones más armónicas, en donde el odio y el rechazo no formen parte de la vida cotidiana.

La homofobia es un problema de ciudadanía

Violeta Barriento, de Global Alliance for LGBT Education (GALE)

¿Cuál es el contexto latinoamericano en relación con diversidad sexual y educación?

—Latinoamérica tiene una historia común que se expresa en fenómenos que distintos países en el continente comparten en la actualidad. En lo relativo a la esfera sexual del ciudadano, hay una dificultad para abordar el tema de la educación sexual, dificultad en reconocer la realidad de una sexualidad cambiante y diversa, dificultad para asumir los derechos sexuales del individuo o hacer del género y la sexualidad temas de la formación profesional universitaria. La sexualidad de los individuos y en particular la de individuos que no son varones heterosexuales se encuentra limitada en su ejercicio, presa de un contexto de estructuras materiales y culturales precarias. En este marco se sitúa la sexualidad no heterosexual, en primer lugar invisibilizada, silenciada o reprimida abiertamente por la homofobia, lesbofobia y transfobia. La diversidad sexual se reprime cancelando su expresión mediante el estigma y sacando ventaja de su escasa visibilidad dado su entrampe en el closet.
Lamentablemente, el contexto latinoamericano adolece aún de falta de desarrollo en su democratización entre hombres y mujeres, producto a su vez de estructuras coloniales en el pasado, culturas políticas autoritarias y desconocimiento de derechos de parte de los ciudadanos. De ahí que el problema de la homofobia sea un problema de ciudadanía. Sin embargo, esta perspectiva es aún difícil de ser reconocida a nivel mundial, al igual que es difícil hacer entrar el tema de derechos sexuales en las agendas de los gobiernos. Los principales obstáculos para la remoción de la homofobia se presentan en contextos donde subsisten fundamentalismos religiosos y debilidad del Estado democrático ante ideologías de origen religioso, estructuras mentales rígidas en torno de roles de género o expectativas sobre la familia; sociedades con grandes brechas de desigualdad de género, altos índices de violencia de género y violencia sexual. Es importante hacer la conexión entre todos estos fenómenos, ya que pueden ser indicadores uno del otro. Frente a ese contexto adverso a una sexualidad libre y en salud, proponemos la convivencia en la diversidad con el respeto de los derechos de todos. No existen derechos absolutos e ilimitados, y es un juicio de ponderación el que puede equilibrar el ejercicio de las libertades de unos y los derechos de otros.

A tu entender, ¿cuáles son los contextos favorables?

—A diferencia de épocas pasadas, las noticias que hacen visibles al movimiento LGBT se originan en otros aspectos distintos al sida. El nuevo milenio ha visto nacer a los principios de Yogyakarta en 2007. La lucha contra la homofobia y por la igualdad de derechos ha logrado ciertos hitos en el continente. Estemos o no a favor o en contra de la institución matrimonial, su aceptación en España, luego en Ciudad de México y ahora en la Argentina han sido avances en la agenda por la igualdad de derechos. La homofobia ha sido materia de una política de Estado en el Brasil mediante el programa Brasil sem Homofobia, y vista como un problema importante que pone en cuestión la ciudadanía. El Día Internacional contra la Homofobia, 17 de mayo, ha sido reconocido en una cincuentena de países, entre ellos Brasil, México, Costa Rica, y hay actitudes favorables hacia su celebración de parte de las autoridades en la Argentina y Bolivia.

¿Qué acciones concretas se han llevado a cabo por activistas con el apoyo de GALE en América latina?

—La Global Alliance for LGBT Education (GALE) contactó hace cinco años a activistas y expertos del tema de educación para abordar la cuestión de la educación sobre materias LGBT desde diversas áreas, por ejemplo, educar a las fuerzas policiales, personal sanitario, medios de comunicación y al sector educativo. En una reunión de consulta con activistas de América latina en 2008, éstos aconsejaron a GALE llevar a cabo un trabajo en educación en la escuela para este continente. Ese mismo año, GALE preparó un sondeo y lo lanzó en América latina, obteniendo respuesta de más o menos 150 personas involucradas en el activismo LGBT o en la educación. En los contenidos de la escuela, la diversidad sexual ya no es entendida como pecado o enfermedad, pero se indica que la orientación normal es la heterosexualidad y el sexo para la reproducción. Finalmente, dentro del conjunto de profesores, son las profesoras las que reproducen el discurso sobre la religión y los roles de género tradicionales, lo cual quiere decir que las mujeres siguen siendo reproductoras de un discurso patriarcal.

entrevista a Andrés Ignacio Rivera


Andrés Ignacio Rivera es un hombre transexual. El largo camino que lo llevó a obtener sus derechos en un contexto médico y legal tremendamente hostil es ahora un sendero bastante más llano para otras personas en Chile. En el marco del encuentro organizado en Buenos Aires por Mulabi, “Documentando y analizando las mejores prácticas para el avance de los derechos humanos relacionados con la orientacion sexual y la expresión/ identidad de género”, el activista chileno habló con SOY sobre algunos de sus pasos.
 Por Diana Sacayán
Bueno, presentate, contame quién sos, de qué país venís, a qué organizaciones pertenecés y por qué...
—Desde el 4 de mayo de 1997 mi nombre es Andrés Ignacio Rivera, luego de una lucha tremenda de casi 5 años en los tribunales. Soy un hombre transexual, fundador y presidente de la Organización de Transexuales por la Dignidad y Diversidad de Chile.
¿Son todos hombres trans?
—Desde 2005, cuando la fundamos hasta el 2008 éramos sólo una organización de hombres transexuales. Pero en 2008 se sumó Victoria Llane, una mujer transexual que ha sido para nosotros un tremendo aporte, pero además un aprendizaje, un crecimiento para la organización que ahora es una organización de personas transexuales, hombres y mujeres.
¿Cuál es la importancia de ese 4 de mayo no sólo para vos sino para otros y otras transexuales de Chile?
—El 4 de mayo de 2007 fui el primer hombre transexual que obtiene su
cambio de nombre sin operación de readecuación sexual. Esto es importante porque logré demostrar en la Justicia que no necesito tener un pene o un miembro para ser hombre, sino que el ser hombre o el ser mujer va más allá de los genitales.
¿No tenés ninguna cirugía?
—Me hice la mastectomía, que es sacarme las glándulas mamarias. Me hice la histerectomía, que es sacarme el útero y ovarios, pero sigo teniendo genitales femeninos, no me hice la operación de tener genitales masculinos.
¿Qué fue lo peor de la batalla legal?
—Fue todo bastante duro. La mentalidad de la Justicia en Chile se basa en que el hombre debe tener genitales masculinos y la mujer genitales femeninos. Los conceptos pasan también por un machismo excesivo y conservador de la sociedad en nuestro país. Pero yo creo que lo más humillante y lo más doloroso son las vejaciones a las que somos sometidos en este proceso.
Habrás tenido que pasar por revisaciones médicas...
—Muchas. Una de ellas es una evaluación forense que se lleva a cabo en el Instituto Médico Legal, que es el Centro Médico de Chile. Hicieron que yo me desnudara, me sacaron fotos anales, me hicieron tacto anal, porque ellos no sólo querían ver que yo era una persona transexual, sino que además yo tenía que demostrar que era virgen. Querían ver si había tenido relaciones anales. Si había tenido relaciones vaginales no era transexual. Me introdujeron un espéculo, que es un aparato médico que les introducen a la mujeres para hacer muestras internas y obviamente el especulo rompió todo cuando entró. Allí el médico se quedó tranquilo mientras constataba diciéndome, “ha sangrado”. Me provocó un desgarro que tuve que tratármelo posterior a ese examen. Uno tiene ciertos cuidados con su cuerpo, entonces el estar expuesto a que le hagan a uno esto, es una situación de vejación. Yo diría que de todo el proceso esto es lo peor que me ha pasado. Entre otras cosas, como médicos que no quieren atenderte, psicólogos que te tratan en femenino.
¿Se siguen haciendo en Chile este tipo de revisaciones?
—Bueno, esta situación me sirvió para demostrar ante la ley, la falta de ética de este modo de tratar a las personas. Hoy ese médico no está realizando exámenes de peritaje y además, presentamos un escrito en los tribunales, dimos a conocer esta violación, porque para mí fue una violación física y moral. Dejamos en claro que este trato vejatorio no es un trato digno para un ser humano, sea transexual, heterosexual, bisexual, etcétera. Hoy se está haciendo un protocolo médico de evaluación donde indicamos paso a paso qué es lo que debe hacer un médico cuando evalúa la identidad de género.
¿Cuáles son esos pasos?
—En este caso el médico lo único que tenía que certificar era que yo no tuviese glándulas mamarias. Por medio de una ecografía determinar si tenía o no ovarios. Ahora se ha quitado todo el examen físico y con él, la vejación a la que estábamos expuestos.
Finalmente obtuviste tu nombre propio, se hizo justicia.
—No es justicia, el hecho de que yo obtenga mi cambio de nombre no es justicia, es un derecho. La justicia es la que voy a buscar ahora para que no ocurran estos tipos de situaciones. Es complicado que sea esta propia justicia la que cometa estos tipos de violaciones de derechos humanos.
¿Qué experiencias concretas de Buenas Practicas viniste a presentar al Congreso?
—Básicamente, tres experiencias de incidencia en la política pública que está llevando adelante nuestra organización. Una de ellas es lograr trabajar con el Servicio Nacional de la Mujer, que se creó después de la dictadura, como una forma de buscar el respeto y la igualdad de género. Las mujeres son capacitadas gratuitamente en oficios que les permiten después crear sus microempresas, tienen prestamos del Estado para poder hacer andar esas microempresas, tiene atención psicológica, son preparadas en cursos de liderazgo desarrollo personal, autoestima, pueden tener reconocimiento a sus años de estudios si han dejado de estudiar. Pero tiene una cláusula que dice que sólo las mujeres biológicas son las que pueden estar en esos programas.
¿Y entonces?
—Te imaginás que es un programa muy útil especialmente para las mujeres trans, ya que si lográbamos integrarlas significaba que les estábamos dando herramientas, no sólo para que se capacitaran, sino que además pudieran estudiar. Empezamos con reuniones con los directores regionales, después seguimos con la capacitación a todo el personal que trabaja con el Servicio Nacional de las Mujeres y finalmente llegamos a un convenio de acuerdo donde las mujeres transexuales pudieron insertarse. Lo más simpático de esto es que la primera mujer transexual que se integra, cuando va y da su documento en el sistema salta que es un nombre de varón. El sistema la rechazó de inmediato y entonces tuvimos que volver a tener conversaciones y esas cosas. Al fin llegamos al acuerdo de que ahora ingresan con su nombre y no con el que figura en el documento. Esto lo hicimos en una región, ahora queremos hacerlo a nivel nacional.
¿En qué consiste la experiencia Chile Deporte?
—Es una dirección que se creó para potenciar el deporte en Chile y lo hace a través de convenio con algunas organizaciones, como la organización de discapacitados, de rehabilitados alcohólicos. Nosotros dijimos, ¿por qué no? Entonces hicimos una presentación donde contábamos lo importante que es el gimnasio para una persona transexual. En el caso de los hombres transexuales, necesitamos fortalecer los pectorales después de la operación, las dosis de testosterona crean un problema de obesidad, y una forma de controlarla aparte de la nutrición son los ejercicios. En el caso de las mujeres transexuales, está lo referente al hormonal y también al tema estético.
¿Cómo fue la recepción en el Programa?
—Chile Deporte dijo que bueno, que lo iban a intentar pero que “tenemos que ver qué pasa con la gente que va al gimnasio”. Nos ofrecieron un día y un horario muy poco concurridos. Yo dije que no, queremos el día más concurrido y a la hora de mayor público. Y así fue. El primer día todos estaban preocupados en mirar a qué baños iríamos, la primera semana fue bastante difícil y sobre todo para las mujeres transexuales. Ellas tenían encima la mirada inquisidora, las actitudes burlescas. Pero ya la segunda semana todo cambió porque también se dieron cuenta de que somos tipos y tipas supernormales que hacemos ejercicio con ellas, nos reímos con ellas, hacemos bromas, también nos cansamos. La segunda semana fue increíble, y hoy en día estamos renovando el convenio para 2010.
¿Y la tercera experiencia?
—Y bueno, después de tantas experiencias exitosas decidimos integrarnos en el área de la juventud. El Instituto Nacional de la Juventud tiene una línea fundamental que es el reconocimiento de los derechos de los jóvenes. Bajo ese prisma nosotros dijimos bueno, no dice en ningún lado si esos jóvenes deben ser heterosexuales, gays, lesbianas, transexuales. Y allí fuimos con nuestra carpetita. La directora regional nos escuchó y al fin nos dijo, bueno, tienen toda la razón, ¿qué es lo que quieren? Yo le dije, díganos qué tiene usted para ofrecernos. Llegamos a un acuerdo. Ellos tienen un estudio de música que es uno de los mejores de la región, vamos a grabar un disco hecho con temas relacionados con la discriminación y con nuestra lucha, con letra y música escrita por nosotros. Cantamos nosotros y estamos integrando familiares.
¿Hijos?
—Sí, claro, nuestros hijos, los que son músicos, participan tocando los instrumentos. l

entrevista a Miguel Misse Desde Barcelona


Durante la primera semana de junio, en Barcelona se llevó a cabo el Primer Congreso Internacional de Identidad de Género y DD.HH. Uno de los organizadores locales, el activista trans Miguel Misse hizo un balance crítico para Soy. Misse es sociólogo y uno de los portavoces de la campaña Stop Trans Pathologization de la Red Internacional por la Despatologización Trans.

 Por Diana Sacayán

desde Barcelona

Estamos en Barcelona participando de un Congreso Internacional de Personas Trans, hay unxs 200 activistas del mundo, está cubierto por los medios. ¿Cuál es tu percepción de todo esto?

—Que en tanto que es internacional es un acto histórico en la trayectoria del movimiento trans. Que se produzca en la ciudad donde milito es importante, nos han contactado las autoridades, varios funcionarios de gobierno, para que estemos en este proceso de alguna manera; pues bueno, hemos estado en la organización local, pero las decisiones estrictamente políticas no las tomamos nosotrxs, ni en general son tomadas por activistas trans. En tanto sea un congreso institucionalizado, no es un congreso muy crítico con la problemática actual del colectivo trans. Aquí hay trans de derecha, trans de izquierda, y todo esto ha surgido aquí, en la realización de este proceso.

Te noto un tanto a la defensiva. Y eso que estás hablando desde un país que últimamente ha estado siendo pionero en el reconocimiento de derechos.

—Es que Europa en este momento trata de vender al exterior que son pioneros en políticas sociales. Y yo les diría a los europeos que echen un vistazo a otras culturas, que echen un vistazo a Asia, lo que está pasando con la cultura trans latinoamericana indígena, es decir, que dejen de pensar que nuestra cultura de género es la pionera porque no lo es, nuestra cultura es la patologizante y la que exportamos y con la que colonizamos. Es un discurso biologicista, médico, que atenta contra la identidad de género y que no necesariamente está vinculada con los derechos humanos. Entonces venderle al exterior, venderle al sur que somos expertos en derechos humanos, me parece una vergüenza, porque aquí también nos matan, aquí también nos violan.

¿Cuál es el trabajo que está llevando a cabo tu grupo en este momento?

—A nivel local, reivindicar la identidad trans desde un marco no patológico, es decir, no desde una perspectiva del sufrimiento, de la enfermedad, de la victimización, sino desde la del empoderamiento. Hay otras maneras de entender la identidad trans que no son exclusivamente las de estar en los márgenes. Que la transexualidad quirúrgica no es el único recorrido posible. Intentar otras formas de hacer visibles a los chicos, las chicas y a las personas que no se sienten chicos ni chicas, visibilizar los modelos corporales. A nivel gobierno de Cataluña, intervenir en un proceso de políticas públicas. No es menor ni poco complicado, ya que el movimiento trans es una cultura de la que se ha hablado mucho, hay mucha violencia internalizada, es muy difícil ponerse de acuerdo y siempre hay cosas que no se pueden negociar desde el activismo.

¿Y a nivel internacional?

—Estamos trabajando para que la asociación norteamericana en psiquiatría desclasifique la transexualidad como una enfermedad mental y, después de muchos años de trabajo, notamos que recibimos la escucha de organismos internacionales. La campaña tiene alcance mundial.

¿Qué efectos tuvo la ley de identidad de género en España y cuál fue tu participación desde el activismo?

—Cuando salió la ley yo tenía 18 años, fue en 2007, y justo en ese momento estaba en un colectivo trans muy asistencialista. No tenía una idea muy política de la cuestión trans, que a su vez no estaba politizada y no tenía demandas muy elaboradas. Cuando sale la ley de identidad de género algunas personas deciden participar del proceso de construcción de la ley y otrxs decidimos fundar otro colectivo, que se llamaba la Guerrilla Travolaka.

¿Tuviste una actitud crítica frente a una ley tan progresista?

—Fue una crítica radical a una ley que ha sido, puertas para afuera, una de las leyes más avanzadas del mundo. Pero puertas adentro hay que poner sobre la mesa que no está bien que en nombre de tal avance se siga obligando a tener el certificado psiquiátrico y a la modificación corporal. La ley de identidad de género mejora algo, pero yo creo que es una mejora de mínima, esta ley nos obliga a pasar por el quirófano, y creo que el Estado no me puede obligar a modificar mi cuerpo para reconocer mi identidad. Actualmente la reconoce después de una terapia psiquiátrica y después de un tratamiento hormonal, cosa que es inaceptable, porque el Estado no tiene nada que ver sobre mi cuerpo, ni sobre mi nombre.

Respecto de esta campaña por la “despatologización”, muchxs activistas señalan que puede convertirse en un impedimento para aquellas personas que no tienen recursos económicos como para acceder a una cirugía.

—Yo creo que ahí se plantea un debate que no es real. Hay quienes dicen que con la despatologización podemos quedarnos sin derechos sanitarios. Yo les contestaría: vivo en un país donde la patologización está a la orden del día y eso no me ha garantizado derechos sanitarios. Si antes, cuando te querías operar, tenías que ir a una clínica privada, aquí lo mismo, pero antes de mandarte a una clínica privada te hacen pasar por una terapia psiquiátrica. Cuando llegas a la clínica, te piden un certificado psiquiátrico, o sea la patologización no implica garantizar derechos sanitarios, esto por un lado. Además no podemos hacer depender nuestros derechos fundamentales de modificación corporal, estando siempre en diálogo con un lenguaje psiquiátrico.

Siempre está el fantasma de que hay una enfermedad.

—Es que si tengo derecho a lo que tengo derecho, no entiendo la entrada del lenguaje psiquiátrico y el diagnóstico que nos obliga a someternos a esos procesos. Yo creo que es una trampa, es un chantaje, es decir, tengo derecho a decir quién soy y a esculpir mi cuerpo como quiera sin pasar por el filtro de la patologización.

¿Cuál es la relación entre no estar enfermxs y exigir derechos sanitarios?

—Es que decir que necesitamos modificar nuestros cuerpos no dice que seamos enfermxs, dice que queremos ser usuarios de los derechos sanitarios; y que la única manera de atendernos sea con la etiqueta de enfermedad, creo que debe ser contestado. Creo que tengo derecho a una mastectomía y eso no me convierte en un enfermo.

¿Cómo se llega a concientizar sobre esto dentro de la misma comunidad?

—Tenemos que inventar los mecanismos de información de comunicación comunitarias para que las personas trans no pasen por la medicina, y que la primera información que tengan no sea la que dice que te tenés que operar. Que haya personas, una especie de red de iguales que con asesoramiento de trabajo social puedan formar personas trans para que brinden información a sus pares. Para que tengan información de primera mano, esa que todxs necesitamos en un primer momento cuando no sabemos lo que nos está pasando y decidimos este recorrido vital. Puedes operarte si quieres, pero también puedes no querer hacerlo. El quirófano es una alternativa que a muchas personas les sirve y es legítima, pero a otrxs no. Yo no quiero un mundo en donde la técnica quirúrgica es perfecta, pero la gente se sigue obviando, ojalá nadie tenga que llegar al quirófano porque no se obvian y éste es un trabajo que les corresponde a las comunidades trans.

¿Cuál es el click que debería hacer el sistema sanitario?

—Comprender a la transexualidad como un fenómeno que no es una patología, es decir, es una decisión que las personas toman sobre sus propios cuerpos porque prefieren vivir en otro género y ya está. Asumámoslo así, sin entrar al debate de las causas, al igual que el aborto y embarazo, como muchas cirugías estéticas que se producen desde el sistema sanitario público. Por ejemplo, cuando hay que extirpar un pecho a causa de un cáncer de mama y poner o reconstruir con un implante se considera una cirugía orgánica. No es que la persona esté enferma si le falta ese pecho, es que los médicos saben que si sale con un solo pecho a la calle la van a estigmatizar. Entonces se preocupan de ponerle un nuevo pecho y no la consideran una enferma mental. Esto es, el sistema sanitario público ya ha reconocido que hay una presión brutal con el cuerpo. Habría que introducir una categoría desde donde abordar la categoría transexualidad que no implique diagnóstico. Es complicado, pero éste es nuestro reto; yo creo que no tenemos que quedarnos con la salida más fácil que es “ah bueno, estamos enfermos, tenemos que ir al psiquiatra”, contestamos y nos vamos. Esto ya lo hemos hecho mucho y yo no lo quiero para los que vengan atrás.

¿Te parece que la despatologización es una prioridad hoy para nuestra comunidad?

—Es complicado decir que sí. La comunidad trans vive con una agenda de urgencia muy diferente en cada contexto. Cuando hablo con las compañeras trans asiáticas, la despatologización no tiene ningún sentido, se solidarizan, pero no se movilizan, porque las necesidades son otras.

Al principio de la charla te noté un poco descreído de estos eventos internacionales. ¿Podrías decirme qué es lo que te provoca esta tensión?

—Este Congreso se celebra enfrente de la zona de prostitución trans de Barcelona. ¿Las has visto aquí en el Congreso? Ninguna vino. Vas a ver que tampoco hay tantxs activistas europexs. Porque los gobiernos locales no quieren que se los critique. Entonces ahora vienen a hablar con activistas del mundo, pero a nosotros no nos reciben en sus despachos. Entonces ésa es la tensión.